Éxito escolar


Después de muchos años me he reencontrado con un antiguo alumno, ya cerca de la cincuentena. Él, profesional liberal; yo, cliente: el pago, una cerveza. Me cuenta que trabajó por cuenta ajena, para varias empresas, y que lo dejó en beneficio de la salud, aunque le supuso dejar de ganar más de la mitad de lo que se embolsaba entonces.
Cambiamos de bar. Nos vamos encontrando con personas que son vecinos y algunos también clientes. Se le ve integrado en el barrio, el suyo de toda la vida, el barrio del colegio donde coincidimos hace más de tres décadas.
Ha comprendido que su trabajo es un servicio a la sociedad. De alguna manera, devuelve con su trabajo lo que ha recibido de su familia, del colegio, de la sociedad. Mientras damos cuenta de un plato de patatas bravas (¡ha subido la minuta!) no puedo dejar de pensar que esto es auténtico éxito escolar.


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