viernes, 29 de abril de 2022

¡Cierra el pico, pájaro!

Como sabéis, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha comprado Twitter y se ha alborotado la pajarería. No conozco a Mister Musk más que de un episodio de Big Bang Theory en el que aparecía, así que no tengo motivos para que me resulte simpático o antipático; pero su declaración de principios me ha parecido plausible, ¡que le doy un aplauso, vaya! Ha piado en Twitter que a partir de ahora no se van a silenciar las opiniones conflictivas o discordantes con la ortodoxia dominante (he visto cerrar cuentas de Twitter por razones ideológicas o políticas, descaradamente).


Sostiene Mister Musk que los únicos límites a la libertad de expresión deben ser  los que establecen las leyes sobre calumnia, difamación, etc. Lo curioso del asunto es que ¡eso es precisamente lo que temen los críticos, que Twitter elimine la censura!

Mi complejo de Sancho va en aumento... ¡Libertad de expresión, sí pero para mí! Para los que no estén de acuerdo con la ideología de género, el aborto, la eutanasia o critiquen las políticas del gobierno, ¡censura al canto! Por supuesto, ¨los correctos" (los partidarios del pensamiento único) no lo llaman censura, sino moderación de contenidos, lucha contra la desinformación o erradicación del discurso del odio; ¡ellos, que son los que más mienten, los que odian y siembran el odio! Todos los enemigos de la libertad manipulan el lenguaje, no falla.

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