domingo, 20 de marzo de 2022

El león, la bruja y el armario

En nuestro entorno C. S. Lewis (Belfast 1898, The Kilns 1963) es conocido sobre todo por sus ensayos y por sus escritos autobiográficos: «El problema del dolor», «Cartas del diablo a su sobrino», «Cautivado por la alegría» (sobre su conversión al cristianismo en 1931), «Una pena en observación» (sobre la muerte de su mujer), «Mero cristianismo», «Los cuatro amores», «La abolición del hombre», etc. Pero Lewis es también el autor de la «Trilogía de Ransom» y de las «Crónicas de Narnia».

Lewis publicó «El León, la Bruja y el Armario» en 1950. El éxito del libro le movió a continuar escribiendo historias ambientadas en el mismo país mágico al que se accede a través de un armario ropero, hasta un total de siete historias que constituyen las Crónicas de Narnia. Por orden de publicación, son: «El Príncipe Caspian», «La Travesía del Explorador del Amanecer», «La Silla de Plata», «El Caballo y el Muchacho», «El Sobrino del Mago» y «La Última Batalla». No obstante, la mayor parte de las ediciones actuales ordenan los libros según la cronología de la narración, empezando por «El Sobrino del Mago», donde se cuenta la creación de Narnia, y siguiendo con «El León, la Bruja y el Armario», «El Caballo y el Muchacho», «El Príncipe Caspian», «La Travesía del Explorador del Amanecer», «La Silla de Plata» y «La Última Batalla». En cuanto a las versiones cinematográficas, parece ser que la Disney tiene la intención de rodar las películas siguiendo el orden de su publicación.

En «El León, la Bruja y el Armario» se cuenta la historia de cuatro hermanos, dos chicas y dos chicos, que, para escapar de los bombardeos alemanes sobre Londres durante la segunda guerra mundial, son enviados al campo, a una mansión habitada únicamente por un anciano profesor y su ama de llaves. En una de las estancias de la casa, Lucy, la pequeña de los hermanos Pevensie, encuentra un armario ropero que da acceso a un mundo poblado por seres mitológicos y donde los animales hablan. Es Narnia, el país donde siempre es invierno y nunca Navidad desde que reina la Bruja Blanca; pero hay una profecía que anuncia la llegada de una nueva primavera, cuando los cuatro tronos de Cair Paravel, el castillo real, sean ocupados por dos hijos de Adán y dos hijas de Eva… En el desarrollo de los acontecimientos, los cuatro hermanos acaban uniéndose al ejército del león Aslan, el verdadero rey de Narnia, para luchar contra la Bruja Blanca.

En 1979 se hizo una versión cinematográfica en dibujos animados y otra, con personas reales, en 1988 realizada por la BBC. La que se acaba de estrenar está producida por la Disney y dirigida por Andrew Adamson (responsable de Shrek). En términos generales la película es fiel al libro, aunque la verdad es que, desde el punto de vista narrativo, lo supera (¡no pensaba que pudiera decir esto alguna vez!). El guión marca un ritmo más sostenido, que culmina en la batalla final, e introduce algunas variantes que aumentan el dramatismo de la historia (el acoso de los lobos a la casa de los castores, la supuesta persecución de la Bruja, etc.). Por poner una pega: el león Aslan pierde algo de la fuerza que tiene en la novela, tanto por lo que se refiere a su carácter mesiánico como a... ¡su rugido! (También se podría mejorar el doblaje de Lucy.)

Aunque no quiera, la comparación con «El Señor de los Anillos» resulta inevitable: porque Lewis y Tolkien eran amigos, por la común inspiración mitológica, porque tanto Adamson como Jackson son de Nueva Zelanda, donde también se han rodado las películas... No obstante, «El León, la Bruja y el Armario» está dirigida a un público infantil (en la dedicatoria habla Lewis de «cuentos de hadas») y tiene por una tanto, una estructura más simple (y muchísimas menos páginas) que «El Señor de los Anillos». En la pantalla esto se traduce, por ejemplo, en las diferencias de iluminación y en la presencia / ausencia de terror. «El León...» es una película para toda la familia, «El Señor de los Anillos», no. ¿Alguien se imagina a Papá Noel en la Tierra Media?

Otra cuestión es la de la inspiración cristiana de «El León...». Que la figura de Aslan evoca la de Cristo es indudable, pero no creo que haya que llevar el asunto mucho más lejos. Si se habla de la Navidad, parece que no se puede identificar al león con Jesús... La novela tiene su propia lógica (y su magia) interna y hay que leerla (y la película verla) aceptando esa lógica, disfrutando de sus valores estéticos y éticos; pero, para evangelio, ya tenemos cuatro. De todos modos, quien quiera seguir ese rastro, puede empezar por visitar el sitio http://es.wikipedia.org.





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